La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

martes, 28 de diciembre de 2010

DIOS HABITA EN EL DESIERTO


Nuestro Dios es un Dios de integridad, completo, y también, sabemos que como padre, Él acostumbra tratarnos, enseñarnos cosas constantemente; y lo que espera de nosotros es integridad, que seamos: maduros, fuertes y curtidos (que tengamos conocimiento con base en la experiencia).
En el recorrido de nuestra vida al lado de Dios, nos ha tocado caminar por diversos lugares, es decir, a través de diversas circunstancias: a veces, de reposo y tranquilidad, pero también nos ha tocado o nos tocará caminar a través de desiertos.
- El desierto representa escasez, cansancio, peligros, desesperación.
Sabemos qué es el desierto y que debemos pasar por él, pero, ¿por qué?... creo que la pregunta correcta sería: ¿para qué? Todo tiene una razón de ser...
Hay varias razones por las que podemos ser pasados por este lugar:
          + Porque Dios nos prueba.
         
+ Porque Dios nos quiere corregir.
         
+ Porque Dios algo nos quiere enseñar.
Además, es necesario. Pero no es motivo para perder la paz. Juan 16:33
Jesús nos advierte que en el mundo vamos a tener aflicción, pero a pesar de esto, la clave es que debemos confiar. La forma preferida de Dios para enseñarnos lo que Él es capaz de hacer, es quitándonos todo lo que pueda quitarle a Él la gloria:
          + Nuestra confianza en alguien más (amigos, familia, pareja, etc.)
         
+ Nuestra confianza en lo que tenemos (dinero, trabajo, casa, etc.)
         
+ Nuestra confianza en lo que sabemos (carrera, estudios, orgullo, propia opinión, etc.)
Porque quiere que seamos perfectos, esto no se logra fácilmente: a veces para reconstruir, hay que destruir lo mal construido o lo que está de más. Jeremías 18:3-6 A veces debemos vernos solos, que no somos ni tenemos nada (desnudos), para que entonces comprendamos cuánto necesitamos de Dios.
Debemos entender que a pesar de las pruebas, Dios siempre está en el control de las cosas Job 5:17-19, y TODO tiene una razón de ser. Job 5:6-9
- Y no debemos de temer. 2 Timoteo 1:7
Por muy duro que sea el proceso, Dios siempre estará ahí con nosotros. Isaías 43:1,2 Dios siempre está en el control de las cosas.
- Además de que Él nos ha provisto de lo necesario como hijos de Dios. Marcos 16:17- Él no dejará que nada malo te pase. Salmos 63:7,8- ¿Qué significa estar bajo la sombra de Dios?
Salmos 91 Significa: cobertura, protección, supervisión.
Es por eso que Dios habita en el desierto, por que ahí realmente lo necesitamos, lo podemos ver, ahí nos damos cuenta perfectamente de todo lo que somos por Él. Y algo muy importante que debemos tener en cuenta es que: así como nos mete en el desierto, también nos puede sacar, como lo hizo con el pueblo de Israel después de estar en el desierto por 40 años Salmos 107:4-6, 33-35
Así que no importa el tiempo que tardes en atravesar tu desierto, a pesar de la necesidad, no podemos dejar que la ansiedad nos gane. Lucas 12:29
Porque junto con la prueba, Dios también planea la salida.
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:13

lunes, 6 de diciembre de 2010

ETIQUETAS

Por definición, una etiqueta es una especie de letrero que sirve para describir e identificar algún producto; la mayoría de las veces, es lo primero que las personas ven, o tal vez, es lo único que las personas ven: sea por falta de interés o por falta de conocimiento. Esta vez hablaremos acerca de las botellas; y en las botellas, las etiquetas juegan un papel muy importante, pero en muchas ocasiones, ni siquiera se ve el envase, ni mucho menos el contenido. La etiqueta es la razón por la que se compra o se desecha dicho producto. Pero a través de una etiqueta, nunca se sabrá la real calidad de lo que contiene en el interior, pues solo estarás juzgando el contenido de acuerdo a lo que ves.
El propósito de una botella es el que los demás disfruten o prueben los beneficios que tiene; puede ser una hermosa botella, pero con un sabor desagradable, pero bien puede ser una botella con un aspecto poco atractivo, pero su contenido es agradable. Antes de continuar, quisiera que estudiáramos un poco las partes y las características de una botella y que las comparáramos con nosotros mismos:
- BOTELLA (recipiente) --- significa: tu vida.
+ El recipiente debe ser adecuado para el contenido (es el material que debe ser, el tamaño que debe ser y la forma que debe tener).
+ Las cosas que llevamos dentro definen nuestra manera de vivir, nuestras acciones y nuestros comportamientos. Nuestro recipiente es el adecuado para lo que llevamos dentro; pero ¿qué llevas dentro y cómo es tu vida?
+ Jeremías 18:3-6  Dios se ocupa primero de transformar tu vida. Te toma como eres, te da forma, usa lo que ya eres para poner dentro de ti cosas nuevas y diferentes, cosas de bendición.

- VINO (contenido) --- significa: lo que tienes para dar.
+ El contenido confirma el porqué de la botella y la etiqueta.
+ Una vez que la botella es adecuada, se puede depositar en ella el vino, para que después de  que haya madurado, pueda ser servido y pueda servir. Lucas 5:36-38

- ETIQUETA (descripción) --- significa: tu presentación, lo que te define definición.
+ Debe ir de acuerdo al recipiente y al contenido.
+ Cuando la botella esta lista y el vino ha sido depositado, entonces se coloca la etiqueta.
La gran mayoría de la gente se guía por lo que ve, pues es más fácil que ocuparse en conocer lo demás o aprender a apreciar las cosas por su verdadero valor.
- Tenemos la tendencia de etiquetar a la gente.
- Pero más allá de identificar, las etiquetas también: limitan, lastiman y engañan.
Es doloroso saber que los demás puedan llegar a discriminarte por cómo te ves, o mejor dicho, por cómo te ven. La gente suele hacer esto, pero nosotros, que buscamos tener un entendimiento renovado, no debemos hacer acepción de personas Santiago 2.8:9 Una de las increíbles características de Dios, es que Él no discrimina a nadie Deuteronomio 10:17 Nosotros vemos las etiquetas, pero Dios ve las botellas.
Dios busca transformar, moldear tu vida continuamente. Él ve nuestro potencial. Él no ve lo que los demás ven.
Dios te moldea para depositar cosas nuevas en ti y después te reviste con una etiqueta nueva que te describe como hijo de Dios, Isaías 43:1  Dios nos redime (restaura). Esto es posible gracias a que Cristo vive en nosotros 2 Corintios 5: 17,18 Nuestra vida es diferente por lo que llevamos dentro.
¿Qué es lo que hace a la botella: el recipiente, el contenido o la etiqueta? Dios se ha interesado en reformar tu vida, y Él puso en ti cosas para que dieras a los demás, tal como es el propósito de la botella, esto es lo que realmente eres, lo que llevas dentro.
Si ya hemos adquirido una etiqueta nueva que nos define, entonces empecemos a actuar de acuerdo a lo que llevamos dentro y que hace nuestra vida diferente. Lo que Dios observará en ti de ahora en adelante, es tu vino.
Dios nos dice que esto es lo que debemos ver en los demás y no sus etiquetas Lucas 6:44

lunes, 29 de noviembre de 2010

Reforma del pacto

Jeremías 32: 38-41

El pueblo de Israel en los tiempos del profeta Jeremías, era un pueblo inconstante y con falta de compromiso. A lo largo de todo el libro de Jeremías, vemos a Dios tratando de llamar la atención de la gente para llevarlos a enmendar su camino y retomar al pacto que tenían con Él, un pacto que ellos habían violado Jeremías 11:10. Estas personas tenían un compromiso con Dios y decidieron menospreciarlo (tenerlo en poco) y posteriormente, despreciarlo (desecharlo). Había solo una cosa que Dios quería de ellos: el corazón, que hicieran las cosas para Él de corazón.

Cuando realmente nos comprometemos con algo, es porque hemos puesto el corazón en ello, porque estamos realmente dispuestos a llevarlo a cabo; eso es un pacto: un compromiso que nos mueve, y no un contrato que nos obliga. ¿Cuántas veces nos hemos propuesto una meta y la hemos abandonado por falta de compromiso? Empezamos bien, pero luego lo menospreciamos y lo despreciamos. Muchas veces hemos prometido cosas a Dios, y no hemos sido constantes en el cumplimiento de esas cosas. Nosotros podremos olvidar nuestros compromisos, pero Dios no. Él nos exige una cosa pequeñita pero difícil a la vez: constancia (continuidad, seguimiento, renovación).

En cuanto a responsabilidad, Dios es completamente diferente a nosotros: todo lo que Él promete se convierte en pacto; podemos estar seguros de que lo cumplirá por su fidelidad Hebreos 10:23. Pero no es fácil cumplir con nuestra parte…nunca lo ha sido, pues el ser fieles es algo que debemos aprender, porque no es un atributo que gobernemos.

La palabra hebrea para designar al pacto es “bereeth“, que significa: amarrado/ un lazo que no se puede romper. Esta es la percepción del pacto que Dios tiene, un compromiso tan fuerte con su propia palabra, que es impensable la posibilidad de que la rompa. Pero a pesar de esto, un pacto, por sagrado que sea, puede romperse, esto es: mediante el incumplimiento de alguna de las partes…que generalmente es de nuestra parte. Cada que Dios pacta con nosotros, pone toda su confianza en que cumpliremos.

Pero a pesar de todo, Dios sigue utilizando los pactos porque busca que aprendamos a hacer valer nuestra palabra, y que si hemos olvidado nuestros compromisos, podamos reformar nuestra manera de entenderlos y afrontarlos.

Jeremías 32:38-41 Dios se cansó del pueblo inconstante y con falta de compromiso de los tiempos de Jeremías, y declaró con toda certeza que existiría gente diferente; gente que iba a ser fiel y constante en sus decisiones, con corazón y camino nuevos, capaces de sostener un pacto eterno, temerosos de Dios (respetuosos, obedientes) y que se alegraría en hacerles bien con todo Su corazón y con toda Su alma.

¡Nosotros somos esas personas! Tenemos la oportunidad de ser esas personas. Dios quiere que aprendamos a ser constantes en nuestros caminos, desea pactar con nosotros, pero no un pacto perecedero, no de letra ni de palabra, sino escrito en nuestros corazones…un bereeth que sea irrompible 2Corintios 3:3-6
Debe haber un cambio total en nuestro ser y nuestro hacer, una nueva percepción de Dios, una nueva investidura, un hombre nuevo, un pacto reformado… para poder lograr una reforma, debemos estar comprometidos con ella, debemos desarrollar la capacidad de ser constantes en nuestras decisiones y con nuestras acciones. Es necesario que comiences tu reforma, pero sobre todo, que te comprometas a reformarte constantemente.

Es por eso que debemos esforzarnos, pues muchas cosas dependen de nuestra integridad al pacto de reforma. Y en medida que permanezcamos constantes, Dios promete estar continuamente con nosotros.

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:9

lunes, 22 de noviembre de 2010

Reforma de la cartera

Malaquías 3:10

Quiero que ahora recordemos un poco la parábola de los “talentos” de la que Jesús habló, y que se encuentra en Mateo 25:14-30. En esta parábola (enseñanza, metáfora), se habla acerca de tres hombres a los que su señor les da talentos (medida monetaria equivalente a 21,600gr de plata) antes de partir: a uno le da cinco, a otro dos y al último uno. Después se narran las diferentes cosas que hacen estos hombres con el dinero que reciben de su señor y las cuentas que entrega cada uno a su regreso.

Esta parábola nos habla acerca de las capacidades que tiene el hombre de administrar sus bienes. Cuando hablo de la reforma de la cartera, estoy hablando de una nueva forma de ver y utilizar nuestro dinero y las cosas que recibimos de parte de Dios. Dios nos ha dado todo lo que tenemos, y lo ha dado de acuerdo a nuestra capacidad… ¿capacidad para qué? Para administrar lo que nos dio. Recordemos que somos administradores 1Pedro 4:10

¿Porqué nos cuesta tanto trabajo dar? Es decir, desprendernos de las cosas. Muchas veces creemos que poseemos cosas y que podemos usarlas como queramos, pero lo cierto es que muchas veces esas cosas nos poseen y hacen de nosotros como quieren; Arturo Graf dijo: cuanto más posee el hombre, menos se posee a sí mismo. Vivimos atados a cosas materiales de las cuales dependemos, aquí la clave es estar conscientes de que el administrador no es dueño; nos afanamos por algo que Dios (el dueño) da al final de cuentas. El dueño te confió sus bienes para que los administres, él espera resultados de ti.

Todo lo que tenemos, se nos fue dado para honrar a nuestro Señor. No es cuestión de preguntar si te ha dado, porque sé que te ha dado. Pero ¿cuál es tu capacidad? ¿Cinco talentos, dos… uno? El Señor espera que le honres con lo que te dio, que se convierta en tu prioridad, recordemos que Dios no espera todo de nosotros, espera lo mejor. Aquí la cuestión es: ¿qué tanto de eso has utilizado para honrar a tu Señor?... Es algo tan sencillo pero tan difícil de hacer.

Dios no quiere tu dinero, no lo necesita, necesita ver en ti “actitud”. Dios es un Dios que se fija en los detalles, y cuando nos da, nos prueba; desea saber si en lo poco puedes ser fiel, desea saber si puedes depender de Él y no de lo que tienes. Si no aprendemos a ser fieles con Dios en lo poco o con pequeños detalles, no podemos esperar que nos dé más, en todos los aspectos.

Dios quiere cambiar nuestra forma de ver y administrar los bienes que nos da y que le damos a Él (diezmo, ofrenda, ayuda a los hermanos y a las demás personas). Malaquías 3:10 nos habla de detalles y de ser fieles en lo poco: Dios te exige solo el 10% de lo que Él te da; así como el señor de la parábola dijo a sus siervos: bien buen siervo y fiel, en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré…existe una gran promesa, pero primero un gran reto: depender de Dios. A través del profeta Malaquías, Dios te habla y te dice: ¡pruébame! Transforma tu entendimiento y pruébame… y tenemos la certeza de que Dios sabe responder Efesios 3:20

lunes, 15 de noviembre de 2010

Reforma del corazón


Efesios 3:17-19

El corazón es un tema recurrente en la Biblia, se le menciona constantemente como algo que debe tenerse en alta estima y sumo cuidado Proverbios 4:23; las palabras “corazón” o “corazones” aparecen unas 950 veces a lo largo del antiguo y nuevo testamento.

No estamos hablando del corazón como el órgano que bombea sangre y que es el centro de la vida, sino del corazón que es el centro de las intenciones y de nuestra voluntad. Jesús nos dice que es en el corazón donde guardamos las cosas que son realmente importantes para nosotros. Mateo 6:21 Así mismo: las cosas que hablamos, las cosas que hacemos, las cosas que pensamos, salen de dentro del corazón, sean buenas o malas. Lucas 6:45

¿Qué tienes en tu corazón? ¿Qué cosas hablas, haces o piensas regularmente?

Efesios 5:25-27 Jesús vino e hizo todo lo que tenía que hacer  por amor a la Iglesia (las personas) con el propósito de presentársela a sí mismo sin mancha y sin arruga, es decir, su intención era asegurarse de que tuviéramos una sanidad y una limpieza integrales (dentro y fuera). Cuando se habla de personas, se habla en el aspecto individual y colectivo: tu vida personal y tu relación con los demás. Las cosas que tienes y las que ofreces.

Esto es importante por que hemos dicho que lo que tenemos en nuestro corazón, se hace evidente en el exterior, se manifiesta; entonces: si hay algo sucio y arrugado, o si hay algo limpio y terso dentro de tu corazón, va a impactar a los demás.

Al corazón se le relaciona directamente con el amor, como la fuente de donde nace el afecto por las personas o las cosas. Así es que cuando te hablo del corazón, en realidad te estoy hablando del amor. Nuestro amor ha estado tal vez mal enfocado, sentimos amor en lo individual pero no en lo colectivo. Como cristianos, a veces nos pasamos el tiempo hablando del amor, pero nos olvidamos de darlo. El amor no se dice, se demuestra; y es fácil en ocasiones demostrarlo a personas que nos agradan, pero ¿qué hay de los demás? ¿Qué hay de los que no nos agradan?

Y como el amor se demuestra, se hace manifiesto en actos y en actitudes Mateo 5:43-48 La reforma del amor se va a ver manifestada en muchos aspectos como: amar al prójimo, perdonar a quien nos ofende, reconocer y respetar a las autoridades (padres, maestros, gobernantes, policía, patrones). Debemos sentir diferente para actuar diferente, deben vernos actuar diferente para que también actúen diferente. Ya no es suficiente amarnos a nosotros mismos egoístamente o amar a quien nos resulte fácil amar, pues todo el mundo puede hacerlo.

Es necesario cambiar nuestra forma de amar, cambiar el enfoque de nuestro afecto: reformar nuestra manera de amar de dentro hacia afuera. Si queremos iniciar una reforma, debe nacer primero en nuestro corazón e impactar los corazones de los demás.

lunes, 8 de noviembre de 2010

REFORMA EN 4 PASOS: Reforma del tiempo

Romanos 12:2

Continuando con el tema de la semana pasada en cuanto a la reforma que Jesús vino a iniciar y que debemos continuar en nuestras propias vidas, vamos a examinar de manera breve y concisa en las siguientes semanas, cuatro aspectos en los que considero necesario iniciar dicha reforma, a los que he llamado:

- Reforma del tiempo
- Reforma del corazón
- Reforma de la cartera
- Reforma del pacto

Comencemos pues a estudiar la importancia de cambiar nuestra forma de ver el tiempo…

Reforma del tiempo                                                                      
Efesios 5:15, 16

Dios nos ha bendecido con 24 horas de tiempo todos los días; pero, te has preguntado ¿qué es lo que has hecho con todo ese tiempo? ¿Lo has usado para algo de provecho? ¿Lo has sabido aprovechar?

El problema es que, damos muchas cosas por sentado, nos hemos acostumbrado a  pensar que las cosas deben seguir su rumbo como siempre ha sido: nos acostumbramos a ver el Sol salir cada mañana, nos levantamos, trabajamos, comemos, nos divertimos, nos afanamos y nos vamos a la cama de nuevo… pero casi siempre sin pensar, sin saber, sin estar seguros si vamos a ver el Sol salir el día siguiente. Creemos que conocemos el tiempo, que nos pertenece y que lo controlamos; pero lo cierto es que nadie sabe su tiempo, ni cuándo sucederán las cosas, ni lo podemos controlar. Eclesiastés 9:12

Somos los hombres del mañana…sí, porque acostumbramos decir: mañana lo hago, mañana voy, mañana estudio, mañana esto y mañana aquello. Perdemos el tiempo en cosas infructuosas.

Es importante priorizar el tiempo que nos es dado por Dios (transformar la manera en la que vemos y usamos nuestro tiempo). Dios no demanda el todo de nosotros, ni que uses todo tu tiempo para Él, pues sabe que tenemos muchas cosas en nuestra lista, Él demanda el primer lugar en nuestra lista, lo mejor de nuestro tiempo, es decir, que seamos capaces de apartarle tiempo:

- Tiempo con Dios (desarrollar comunión con Él)
- Tiempo para Dios (hacer cosas para Él)
- Tiempo aprovechado (hacer cosas que aprovechan o dejar de hacer cosas que no aprovechan)
- Tiempo redimido (hacer lo que no has hecho, reivindicarte)

Hemos creído que es nuestro tiempo, pero solo lo administramos, si fuera nuestro lo dominaríamos, pero no es así. Dios da el tiempo (a unos más que a otros), esperando que sepamos qué hacer con él. 1Pedro 4:10

Dios tiene también sus tiempos, y esa es la diferencia con nosotros, Él no habla de un tiempo kronos que puede cuantificarse como el nuestro, sino de un tiempo indicado en el que sucederán las cosas, un kairos, una circunstancia. Muchas veces esperamos de parte de Dios tiempos mejores en cuanto a nuestra economía, nuestra carrera, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra pareja; éstos tiempos definitivamente llegarán, pero hay que saber esperarlos con paciencia, confianza y perseverancia; es necesario que Dios nos encuentre con una mentalidad diferente en cuanto al manejo de nuestro tiempo.

Debemos ser capaces de honrar a Dios (darle su lugar) con  nuestro tiempo, pues el saber manejar tu kronos, te ayudará a entender y esperar Su kairos; entender que todo ocurre en el tiempo justo, en la circunstancia adecuada y en el momento preciso. La Biblia dice que ciertamente hay tiempo para todo, es decir, que podemos hallar la forma de poner todo en una lista de prioridades, y así podremos hacer lo que nos propongamos. Eclasiastés 3:1-10 Pero podemos agregar a esta lista una prioridad esencial: Dios. De esta forma, podremos tenerle (a Dios) en cuenta antes de hacer cualquier cosa, o saber si esto o aquello nos conviene o no nos conviene, si le agrada o no le agrada.

Dios también era una prioridad en la vida de Jesús e hizo lo que tenía que hacer, en el tiempo que debía hacerlo. Nosotros también podemos. ¡Reformemos pues nuestro tiempo!

“Todo lo hizo hermoso en Su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” Eclesiastés 3:11

martes, 2 de noviembre de 2010

JESÚS NO TRAJO PAZ, TRAJO REFORMA

Mateo 10:34

En medio de tiempos difíciles, violentos, de escasez (económica, de valores, de moral, de hermandad)… ¿qué estarías dispuesto a hacer para restablecer el orden? ¿Qué estarías dispuesto a dar para restablecer el orden? ¿Qué estarías dispuesto a perder para restablecer el orden?

Nosotros, como hijos de Dios, somos (o deberíamos ser) agentes de cambio: somos de bendición en donde nos paramos, y en todo lugar al que llegamos hay necesidad; es preciso que en el lugar en donde nos encontremos halla reforma.

- Pero la reforma no siempre significa paz, o que la reforma se llevará a cabo en paz; a esto es a lo que se refería Jesús en Mateo 10:34. Reforma significa: dar nueva forma.

Jesús vino a la Tierra a restablecer el orden. Llegó en tiempos de desorden, de religiosidad, de violencia y hostigamiento (en ese tiempo, los judíos estaban bajo el yugo romano), tiempos difíciles y de escasez de todo tipo.

- Los judíos esperaban a un Mesías que viniera a traerles paz, consolarlos y a vengarlos de sus enemigos, pero resulta que Jesús vino a decirles: si alguien te hiere en una mejilla, ponle la otra; si alguien te ha ofendido, debes perdonarle, y no solo una vez, sino hasta 70 veces 7; si alguien repudia a su mujer y la abandona, y se casa con alguien más, es adultero, pues el matrimonio es un pacto sagrado; el que quiera ser el mayor entre sus hermanos, debe ser el menor en humildad y servicio. El cambio debía efectuarse primero en ellos mismos.

- Jesús sacudió a la gente de su tiempo. Rompió esquemas, hizo lo que nadie hizo, cambió las formas. Reformar no es cambiar una cosa por otra, es transformar la misma cosa en algo mejor.

Jeremías 18:3-6 En esta visión de Jeremías, el alfarero (Dios) se encuentra moldeando una vasija (el ser humano), y ésta se le echa a perder en su mano; pero hay algo que roba mi atención: el alfarero no desprecia al barro ni lo desecha por haberse echado a perder, sino que lo toma de nuevo para empezar a moldearlo de nuevo. Dios no desea cambiarnos, desea transformarnos en algo mejor, la misma esencia pero con un nueva forma (reforma).

- Jesús no vino a cambiarnos, vino a transformarnos; porque hay otra forma de hacer las cosas, podemos hacer las cosas de diferente manera: no como todos lo hacen, sino como debe hacerse. Para poder hacerlo, debemos renovar nuestro entendimiento Romanos 12:2.

+ Por eso Jesús dice en Mateo 5:17 que él no vino a abrogar (abolir, revocar) la ley (mandamientos y voluntad de Dios) sino a cumplirla. No vino a escribir la ley en tablas, sino en nuestros corazones Hebreos 8:10, es decir, nos enseñó que las cosas deben hacerse por la razón correcta. Jesús hizo una reforma en la Tierra volviendo las cosas a su esencia primera. Cambió las formas, no la esencia.

- Pero el hacer lo correcto no siempre es fácil, él tuvo que pagar un precio: Le odiaron, lo difamaron, lo criticaron, lo traicionaron, lo maltrataron, lo mataron…Jesús mismo pagó el precio de reformar las cosas, para cambiar las cosas, porque sabía que sin reforma, no hay crecimiento.

- Esto no quiere decir que tengas que morir al provocar una reforma, pero el hacer bien las cosas no siempre es fácil, y se tiene que pagar un precio. ¿Qué estás dispuesto a hacer para restablecer el orden? ¿Qué estarías dispuesto a dar para restablecer el orden? ¿Qué estarías dispuesto a perder para restablecer el orden?

Nosotros, tú y yo estamos llamados a reformarnos continuamente y así, reformar nuestro entorno: hacer las cosas de manera diferente, sacudir a la gente, romper esquemas, hacer lo que nadie hace, cambiar las formas tal como Jesús lo hizo. Hay que pagar el precio, hay que esforzarnos; porque para reformar, primero hay que ser reformados: Dios nos llama a transformarnos mediante la renovación de nuestro entendimiento. Jesús dijo que nosotros haríamos cosas mayores que las que él hizo Juan 14:12; y si vamos a hacer cosas mayores que las suyas, significa que tendremos retos mayores que los que él tuvo; pero también es cierto que si se nos fue encomendada esta misión, es porque tenemos la capacidad de llevarla a cabo. ¡Comencemos hoy nuestra reforma!

lunes, 25 de octubre de 2010

CAMBIANDO TU PERSPECTIVA



Damos tantas cosas por sentado, hacemos tantos planes. Ponemos nuestras fuerzas,  nuestra confianza, nuestro tiempo, nuestro amor y nuestra seguridad en tantas cosas, cuando lo único seguro es que no hay nada seguro, esto es, de acuerdo a nuestro punto de vista…

·         Es fácil perder el piso, y cuando nos quitan nuestro punto de apoyo, nos tambaleamos.
- Esto le pasa tanto a los que no conocen a Dios como a los que conocen.
- Salmos 90:5-6,12 Nos afanamos tanto que no comprendemos que las cosas pueden cambiar de un momento a otro.

·         Como humanos tenemos una perspectiva muy corta.
- ¿Qué es perspectiva? Las cosas vistas a la distancia. Visión.
- ¿Quién tiene mayor perspectiva, una cucaracha o un águila?

·         Nosotros no vemos las cosas como Dios las ve.
- A veces no podemos ver más a allá de nuestras narices.
- Pero Dios tiene todos los ángulos y todos los puntos de vista. Eliseo y su siervo.
2 Reyes 6:15-17

·         Pero somos gente en proceso de crecimiento, estamos llamados a adquirir una naturaleza que no es de este plano, de este mundo.
- Debemos alcanzar la estatura de Cristo y ver las cosas como Él las ve. Fil. 1:3-6

·         Debemos aprender que todo tiene un propósito y una razón de ser.
- Pero es más importante saber esto aún en las circunstancias más difíciles. Fil. 1:12-14
- ¿Dónde estaba Pablo? Fil. 1:7,8 Es fácil estar conformes y gozosos cuando estamos bien, pero no es tan fácil cuando tienes el agua hasta el cuello.

·         Por nuestra falta de visión no podemos saber qué de bueno hay en lo aparentemente malo y qué de malo hay en lo aparentemente bueno.
- Pero Dios sí lo sabe y debes apoyarte en quien tiene la mejor perspectiva.
- Aunque si lo prefieres, podrías actuar por ti mismo. Prov. 14:12   Prov. 26:5

·         En la vida en Cristo, el diablo siempre tratará de confundirnos (él es el padre de toda mentira y ha venido para hurtar, matar y destruir, Juan 10:10).
- Hacerte sentir que estabas mejor antes, que lo que haces no tiene propósito, que vas mal y que podrías estar haciendo otras cosas.

·         Pablo estaba dispuesto a morir por y para lo que creía porque sabía que Dios tenía un propósito. Fil. 1:19-21
      - Resalta que no será avergonzado porque confía.
      - Dios nunca nos dejará solos.

·         Pablo estaba seguro de que lo que le pasaba seria de ejemplo para los demás.
- Su perspectiva estaba bien enfocada.
- Tal vez no sepas cuál es el propósito de lo que te está sucediendo, y tal vez no lo sabrás, pero de lo que puedes estar seguro, es de que lo hay. Hechos 7:54-60

Debemos aprender que siempre hay un propósito, debemos confiar en Dios porque Él tiene la mejor perspectiva y ve las cosas de diferente manera. No importa cuán difícil sea lo que ves desde tu perspectiva, es importante mantener nuestro entendimiento firme y nuestra fe activa en el autor y consumador de todas las cosas.