La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

lunes, 15 de noviembre de 2010

Reforma del corazón


Efesios 3:17-19

El corazón es un tema recurrente en la Biblia, se le menciona constantemente como algo que debe tenerse en alta estima y sumo cuidado Proverbios 4:23; las palabras “corazón” o “corazones” aparecen unas 950 veces a lo largo del antiguo y nuevo testamento.

No estamos hablando del corazón como el órgano que bombea sangre y que es el centro de la vida, sino del corazón que es el centro de las intenciones y de nuestra voluntad. Jesús nos dice que es en el corazón donde guardamos las cosas que son realmente importantes para nosotros. Mateo 6:21 Así mismo: las cosas que hablamos, las cosas que hacemos, las cosas que pensamos, salen de dentro del corazón, sean buenas o malas. Lucas 6:45

¿Qué tienes en tu corazón? ¿Qué cosas hablas, haces o piensas regularmente?

Efesios 5:25-27 Jesús vino e hizo todo lo que tenía que hacer  por amor a la Iglesia (las personas) con el propósito de presentársela a sí mismo sin mancha y sin arruga, es decir, su intención era asegurarse de que tuviéramos una sanidad y una limpieza integrales (dentro y fuera). Cuando se habla de personas, se habla en el aspecto individual y colectivo: tu vida personal y tu relación con los demás. Las cosas que tienes y las que ofreces.

Esto es importante por que hemos dicho que lo que tenemos en nuestro corazón, se hace evidente en el exterior, se manifiesta; entonces: si hay algo sucio y arrugado, o si hay algo limpio y terso dentro de tu corazón, va a impactar a los demás.

Al corazón se le relaciona directamente con el amor, como la fuente de donde nace el afecto por las personas o las cosas. Así es que cuando te hablo del corazón, en realidad te estoy hablando del amor. Nuestro amor ha estado tal vez mal enfocado, sentimos amor en lo individual pero no en lo colectivo. Como cristianos, a veces nos pasamos el tiempo hablando del amor, pero nos olvidamos de darlo. El amor no se dice, se demuestra; y es fácil en ocasiones demostrarlo a personas que nos agradan, pero ¿qué hay de los demás? ¿Qué hay de los que no nos agradan?

Y como el amor se demuestra, se hace manifiesto en actos y en actitudes Mateo 5:43-48 La reforma del amor se va a ver manifestada en muchos aspectos como: amar al prójimo, perdonar a quien nos ofende, reconocer y respetar a las autoridades (padres, maestros, gobernantes, policía, patrones). Debemos sentir diferente para actuar diferente, deben vernos actuar diferente para que también actúen diferente. Ya no es suficiente amarnos a nosotros mismos egoístamente o amar a quien nos resulte fácil amar, pues todo el mundo puede hacerlo.

Es necesario cambiar nuestra forma de amar, cambiar el enfoque de nuestro afecto: reformar nuestra manera de amar de dentro hacia afuera. Si queremos iniciar una reforma, debe nacer primero en nuestro corazón e impactar los corazones de los demás.