La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

jueves, 14 de julio de 2011

DON DE DIOS, PROPÓSITO DE DIOS II

2Tesalonisenses 1:11,12
Satanás había logrado ya frenar a Moisés en su deseo de liberar a sus hermanos, y con ello, también había logrado impedir que Moisés cumpliera con un propósito preparado hace siglos atrás. Pero realmente los planes de Dios no se frenaron, sólo se retrasaron; aparentemente le hace perder su propósito, pero la característica que Dios había depositado en él, aún estaba ahí.
En Éxodo 2:16-21 nos dice cómo la característica de Moisés sique presente a pesar de haberse equivocado, dicha característica (hambre de justicia, celo por la libertad, era un justiciero y un vengador de las causas injustas) se manifiesta cuando entra en acción para defender a las hijas de Jetro de los pastores que las molestaban.
Aunque te hallas equivocado, las características de Dios siguen ahí; y aunque te hayas alejado, desviado o incluso olvidado, el propósito de Dios sigue en ti para manifestarse en el tiempo y circunstancias adecuadas. Romanos 11:29
Si alguien te dice que no puedes ser mejor ni retomar el camino, ése es Satanás.
Después de esto, Moisés parece olvidarse del deseo de su corazón de ver a sus hermanos libres, parece haberse olvidado incluso de sí mismo. La Biblia nos habla de un Moisés ya entrado en años (40-50 aproximadamente), casado, con hijos, viviendo una vida pacífica y cuidando el ganado de alguien más… se le puede percibir como un hombre que se conformó con las circunstancias que le tocaron vivir, pero insatisfecho.
¡Qué terrible es vivir en una realidad donde has olvidado tus sueños! Después de haber vivido toda una vida aparentemente fuera del propósito, Moisés iba a tener un fuerte encuentro con Dios, que aparece en la escena nuevamente para hacer posibles dos cosas importantes: poner las circunstancias adecuadas y revelar la estrategia.
- El momento propicio: Génesis 2:23-25
- La forma de hacerlo: Génesis 3:1-10
Pero a estas alturas, Satanás ya había herido la dignidad de Moisés, es decir, le había llevado a pensar que no podía aspirar a hacer nada más elevado o con mayor trascendencia de lo que había logrado hasta ahora. Moisés se sentía menos. Aún a pesar de que Dios se le había presentado en tiempo y espacio y le había llamado para cumplir con el sueño de su vida, Moisés estaba lleno de pretextos para retomar el propósito de Dios…
Suele suceder que estamos llenos de razones para no hacer las cosas.
Y en 5 ocasiones  Moisés le pone “peros” a Dios, pretextos que reflejaban las áreas en las que Moisés tenía que ser sanado y restaurado:
- AUTOESTIMA. Génesis 3:11,12 No se cree digno del propósito.
- AUTORIDAD. Génesis 3:13,14 No cree que tenga autoridad para hacerlo.
- CREDIBILIDAD. Génesis 4:1-9 No cree que los demás le crean.
- CAPACIDAD.
Génesis 4:10-12 No se cree capaz de hacerlo.

- IDENTIDAD. Génesis 4:13-15 No piensa que él tenga lo necesario y que es mejor mandar a alguien más.
Pero para cada “impedimento”, Dios tiene una respuesta y una señal de poder.
Dios te devuelve tu dignidad y restaura tu identidad (1Corintios 12:23,24). Dios te hace caminar con la frente en alto. Juan 10:10 nos dice que la misión del enemigo es destruirte, pero que la función de Jesús es que tengas una vida en abundancia, completa, íntegra y llena de victoria. Dios restaura vidas, sueños y propósitos.
Moisés pasa de ser un asesino y un prófugo, a ser un libertador (así como nació); pasa de ser  y sentirse menospreciado, a ser respetado; pasa de ser indigno, a ser digno. Dios sana a Moisés para encaminarlo nuevamente al cumplimiento de su propósito, y lo logra exitosamente así como había estado en su corazón y en el corazón de Dios.
Tú eres el cumplimiento de un propósito deDios, no importa cuán difícil, tardado o grande éste sea. Dios puso en ti las características necesarias para cumplir Su propósito, y no importa que tanto te hayan hecho creer que no tienes uno, ni importa cuan incapaz creas que eres, ni cuan indigno creas que eres: Dios te hizo digno, apto y adecuado. No importa lo que los demás digan de ti, lo que importa es lo que Dios ha dicho de ti.
Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; he dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en lugar tuyo. Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida.” - Isaías 43:1-4 -