La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

lunes, 8 de noviembre de 2010

REFORMA EN 4 PASOS: Reforma del tiempo

Romanos 12:2

Continuando con el tema de la semana pasada en cuanto a la reforma que Jesús vino a iniciar y que debemos continuar en nuestras propias vidas, vamos a examinar de manera breve y concisa en las siguientes semanas, cuatro aspectos en los que considero necesario iniciar dicha reforma, a los que he llamado:

- Reforma del tiempo
- Reforma del corazón
- Reforma de la cartera
- Reforma del pacto

Comencemos pues a estudiar la importancia de cambiar nuestra forma de ver el tiempo…

Reforma del tiempo                                                                      
Efesios 5:15, 16

Dios nos ha bendecido con 24 horas de tiempo todos los días; pero, te has preguntado ¿qué es lo que has hecho con todo ese tiempo? ¿Lo has usado para algo de provecho? ¿Lo has sabido aprovechar?

El problema es que, damos muchas cosas por sentado, nos hemos acostumbrado a  pensar que las cosas deben seguir su rumbo como siempre ha sido: nos acostumbramos a ver el Sol salir cada mañana, nos levantamos, trabajamos, comemos, nos divertimos, nos afanamos y nos vamos a la cama de nuevo… pero casi siempre sin pensar, sin saber, sin estar seguros si vamos a ver el Sol salir el día siguiente. Creemos que conocemos el tiempo, que nos pertenece y que lo controlamos; pero lo cierto es que nadie sabe su tiempo, ni cuándo sucederán las cosas, ni lo podemos controlar. Eclesiastés 9:12

Somos los hombres del mañana…sí, porque acostumbramos decir: mañana lo hago, mañana voy, mañana estudio, mañana esto y mañana aquello. Perdemos el tiempo en cosas infructuosas.

Es importante priorizar el tiempo que nos es dado por Dios (transformar la manera en la que vemos y usamos nuestro tiempo). Dios no demanda el todo de nosotros, ni que uses todo tu tiempo para Él, pues sabe que tenemos muchas cosas en nuestra lista, Él demanda el primer lugar en nuestra lista, lo mejor de nuestro tiempo, es decir, que seamos capaces de apartarle tiempo:

- Tiempo con Dios (desarrollar comunión con Él)
- Tiempo para Dios (hacer cosas para Él)
- Tiempo aprovechado (hacer cosas que aprovechan o dejar de hacer cosas que no aprovechan)
- Tiempo redimido (hacer lo que no has hecho, reivindicarte)

Hemos creído que es nuestro tiempo, pero solo lo administramos, si fuera nuestro lo dominaríamos, pero no es así. Dios da el tiempo (a unos más que a otros), esperando que sepamos qué hacer con él. 1Pedro 4:10

Dios tiene también sus tiempos, y esa es la diferencia con nosotros, Él no habla de un tiempo kronos que puede cuantificarse como el nuestro, sino de un tiempo indicado en el que sucederán las cosas, un kairos, una circunstancia. Muchas veces esperamos de parte de Dios tiempos mejores en cuanto a nuestra economía, nuestra carrera, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra pareja; éstos tiempos definitivamente llegarán, pero hay que saber esperarlos con paciencia, confianza y perseverancia; es necesario que Dios nos encuentre con una mentalidad diferente en cuanto al manejo de nuestro tiempo.

Debemos ser capaces de honrar a Dios (darle su lugar) con  nuestro tiempo, pues el saber manejar tu kronos, te ayudará a entender y esperar Su kairos; entender que todo ocurre en el tiempo justo, en la circunstancia adecuada y en el momento preciso. La Biblia dice que ciertamente hay tiempo para todo, es decir, que podemos hallar la forma de poner todo en una lista de prioridades, y así podremos hacer lo que nos propongamos. Eclasiastés 3:1-10 Pero podemos agregar a esta lista una prioridad esencial: Dios. De esta forma, podremos tenerle (a Dios) en cuenta antes de hacer cualquier cosa, o saber si esto o aquello nos conviene o no nos conviene, si le agrada o no le agrada.

Dios también era una prioridad en la vida de Jesús e hizo lo que tenía que hacer, en el tiempo que debía hacerlo. Nosotros también podemos. ¡Reformemos pues nuestro tiempo!

“Todo lo hizo hermoso en Su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” Eclesiastés 3:11