La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

lunes, 28 de febrero de 2011

VERDAD ABSOLUTA Y VERDAD RELATIVA II

Antes de entrar de lleno al tema, quiero empezar definiendo dos conceptos que estaré mencionando constantemente, y que nos van a ser útiles para comprender mejor esta lección: precepto y principio.
Precepto: regla, orden, mandamiento.
Principio: Base, fundamento, origen.
Dijimos en la primera parte de esta lección, que Dios tiene verdades absolutas para nosotros a través de su Palabra, es decir, normas a seguir: preceptos que traen orden, preceptos que modifican comportamientos, preceptos que no sólo se obedecen, sino que se asimilan.
·         Siempre que se nos presenta una serie de normas o verdades, tendemos a ponerlas en tela de juicio inmediatamente (son buenas, son malas, son absurdas, son innecesarias), y las comparamos con las nuestras (de acuerdo a lo que nos enseñaron, lo que yo creo, lo que considero mejor).

·         Todos, por naturaleza, cuestionamos los preceptos. Pero muchas veces, ignoramos los principios que dan origen a esas reglas, su razón de ser. Y si digo que lo ignoramos, no me refiero a que lo rechazamos, sino que lo desconocemos. Y lo lógico es pensar, que si ignoramos el principio del precepto, también ignoramos su propósito.

Hay preceptos         por una razón           que traen un resultado           dependiendo de la acción
                                      (principio)                     (bueno o malo)                    (hacerlo o no hacerlo)

- Por ejemplo:
            +REGLA: Usar bata para el laboratorio de química.
            +RAZÓN: Se manejan substancias peligrosas y la bata protege.
            +ACCIÓN: Si lo haces, te protege y agradas al profesor.
                            Si no lo haces, te puedes hacer daño, tu ropa se echa a perder.

·         Muchas veces, puede que no estemos de acuerdo con algo, pero es lo mejor. Y en nuestro papel de hijos, todos hemos aprendido que esto es cierto.
- Debemos aprender a ser observadores de los preceptos, es decir, debemos ser lo suficientemente capaces y humildes para entender el porqué Dios dice lo que dice.
- Debemos ver más allá… examinar los beneficios más allá de los preceptos.
- Dios quiere lo mejor para nosotros, y que conozcamos la verdad para no fracasar. 1Timoteo 2:3,4
- Toda acción, buena o mala, tiene sus consecuencias a largo o corto plazo.

·         Los preceptos no sólo se obedecen, se asimilan; Dios no quiere que obedezcas por obedecer (eso es sólo religiosidad). Conocer los preceptos, pero no a Dios, de nada sirve.
- Si logramos entender que Dios diseñó verdades para nosotros porque nos ama, vamos a empezar a caminar en ellas aunque sea difícil.
- Nos enfocamos en los mandamientos y no en lo que Dios nos enseña a través de ellos, ni en los beneficios que obtendremos si los obedecemos.

·         Creo que todos hemos llegado a creer que las normas de Dios son estrechas y limitadoras; pero basta con analizar el principio sobre el cual están fundadas para entender que no son gravosas. 1Juan 5:3
- No quiere decir que fácil.
- Si hacer lo bueno fuera fácil, todo el mundo lo haría.

·       La verdad de Dios se hace evidente en todas las generaciones Salmos 100:5. Las verdades absolutas de Dios han permanecido hasta nuestros días, porque en cada generación han existido hombres y mujeres capaces de caminar en ellas.
- Gente que le dio a Dios la oportunidad de ampliar su entendimiento: cuando tú permites que la verdad de Dios entre en tu corazón (en tu esencia), tu mente comienza a entender las cosas de manera diferente; y cuando entiendes las cosas diferente, ni piensas igual, ni hablas igual, ni actúas igual.
Es tiempo de cambiar nuestro entendimiento y marcar una diferencia, tiempo de demostrar que es posible apoyarnos en la verdad absoluta de Dios para nuestra generación.
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.” Salmos 19:7-9