La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

martes, 23 de agosto de 2011

¿QUE QUIERES COSECHAR?

Gálatas 6:7-9
Y para comenzar, quiero que te hagas esta pregunta: ¿qué quieres cosechar? Hay un principio muy lógico que está explicado en la Biblia, y con el que seguramente nos hemos topado a lo largo de nuestras vidas: lo que siembres, eso también segarás.
Todos esperamos resultados, todos queremos lograr cosas: que nos respeten, pero ¿nosotros respetamos?; un mejor trabajo y que nos paguen un sueldazo, pero ¿cómo es tu desempeño?; una buena familia, pero ¿qué haces para lograrlo?; sacarnos la lotería, pero ¿ya compraste el boleto? No puedes esperar resultados sin trabajar en ello.
No puedes cosechar sin antes haber sembrado, a veces esperamos que las cosas se den por generación espontánea, que todo va a ser posible con tan solo desearlo. Incluso no sembrar es sembrar, pues siembras indolencia y cosecharás mediocridad. ¿Qué estas sembrando? Lo que siembras, eso también segarás, ¿o acaso puede alguien que siembra fresas cosechar maíz? Debes asegurarte de que estás sembrando lo que quieres cosechar.
Gálatas 6:7-9 Ahora traspasémoslo a la vida espiritual: si siembras para el Espíritu, es decir, las cosas que a Dios le agradan, cosecharás vida eterna (cosas transcendentes), pero si siembras para la carne, es decir, para las cosas terrenales, cosecharás corrupción (cosas intrascendentes). Cuando siembras para el Espíritu, tu carne lo resiente, pues dejas de sembrar para la carne, y cuando siembras para la carne, tu espíritu lo resiente, pues dejas de sembrar para el Espíritu. Pero esto es peligroso, porque el invertir en cosas que son para la carne, te quita el interés por sembrar el espíritu y eventualmente dejas de sembrar en lo que realmente importa. Por eso la insistencia del apóstol Pablo en no cansarse de hacer el bien.
Gálatas 6:7 No nos engañemos, a Dios no se le escapa NADA. Él tiene en cuenta todo lo que siembras, tal vez a otros los podremos engañar, incluso nos podremos engañar a nosotros mismos desperdiciando nuestro tiempo, esfuerzo y dinero en cosas que no aprovechan, pero a Dios no lo podemos engañar.
Quiero llevarte al libro de Oseas, uno de los tantos profetas que Dios usa para hablarle al pueblo ¡otra vez! Porque Dios siempre busca que madures a través de tu entendimiento: que desarrolles la capacidad para asimilar las cosas antes de tener que tratar contigo. En esta ocasión, el pueblo de Israel se encontraba dividido en dos por cuestiones políticas: el Reino del Sur (las tribus de Judá y Benjamín), y el Reino del Norte (el resto de las tribus).
Dentro del Reino del Norte, la tribu más próspera era la de Efraín. Efraín fue preferido por su abuelo Israel (antes Jacob), quien lo bendijo por sobre su hermano Manasés que era el primogénito de José (Génesis 48:14). Esta bendición perduró y abarcó a sus generaciones, que vinieron a formar la tribu que llevaría su nombre y que tuvo las mejores  más fértiles tierras de todo Israel, y con ello, un nivel económicamente más elevado (Oseas 9:13).
Dios a través de Oseas, le hablaba a Efraín porque quería que entendiera. Dios contiende con nosotros porque no tenemos entendimiento (Oseas 4:1). Trae un pleito casado con nosotros porque no podemos o no queremos entender. Oseas 4:6 Cuando dice que perecemos por falta de conocimiento, no quiere decir que no sabemos lo que debemos hacer, sino porque no lo hacemos; no tenemos conocimiento porque desechamos el conocimiento. Me imagino a Dios diciendo: “si entendieran, se evitarían muchas penas…”
Y Dios se lo dice a Efraín, parafraseándolo:
- Teniendo tanto.
- Siendo ejemplo.
- Siendo favorecido.
- Estando en un lugar de privilegio… y aun así no eres capaz de buscarme…
Oseas 5:3 A Dios no se le escapa nada, no lo podemos engañar. Efraín era vanidoso (hacía cosas vanas, sin trascendencia), no tenía entendimiento (Oseas 7:11), obtuvo fruto para sí mismo porque sembró para sí mismo (Oseas 10:1), sembró para la carne, entró en el terreno peligroso y se le quitó el interés por sembrar para el Espíritu, siendo que todo lo que tenía lo había recibido de Dios…
Dios quiere conocimiento más que otra cosa… quiere entendimiento (Oseas 6:6). Dios busca que hagamos las cosas correctas (Oseas 11:1-3), y a veces aunque sabemos y le conocemos, hacemos todo lo contrario. Efraín sabía y conocía a Dios, pero no quiso entender y terminó cosechando las consecuencias de sus actos. ¿Qué quieres cosechar? ¿Qué has estado sembrando? ¿Carne o Espíritu?
Dios busca que entiendas, pero sabe que sin conocimiento vas a perecer, y no porque Él así lo desee, sino porque así lo elegiste. Las consecuencias de tus actos siempre van a llegar, sean buenas o malas, es la ley de la siembra y la cosecha. Oseas 4:14,17 Si no tienes entendimiento, Dios te deja que sigas tu camino, pero caerás… porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará…