La misión...


"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abra
zado."

- Salomón, Proverbios 4:5-9 -

miércoles, 9 de marzo de 2011

¿QUÉ ES MÁS IMPORTANTE?


¿Cuál es el programa que debería seguirse en los cultos hoy en día? 

Lo pregunto porque en la actualidad, hay muchos estilos de cultos: cultos los domingos en las mañanas, cultos en las mañanas y en las tardes, otros tienen varios cultos durante el día, hay cultos largos, cultos cortos, cultos con grupo de panderos, con grupo de banderas, con grupo de alabanza, sin grupo de alabanza, cultos con pura alabanza, cultos sin alabanza, cultos con mucha oración, cultos masivos, cultos entretenidos y cultos pesados… diferentes actividades y diferentes prioridades. 

¿Qué es lo más importante en la reunión?, ¿tú para qué te reúnes?

Para empezar, me gustaría que pudiésemos cambiar algunos términos de hoy en adelante, términos que se han usado por mucho tiempo; no quiero llamarle culto, sino reunión

Reunión: junta, unión, fusión. 

Y ya que estamos cambiando términos, cambiemos el de iglesia primitiva por el de  iglesia joven, porque aunque primitiva quiere decir: inicial o primera, también puede definirse como: ruda o salvaje. Vamos a mencionar las partes o actividades que tenía la iglesia joven en sus reuniones de acuerdo a Hechos 2:42-47

·         Doctrina
·         Comunión
·         Oración
·         Unidad y comunión
·         Compartimiento
·         Unanimidad (acuerdo, empatía)
·         Convivencia
·         Alabanza

Dentro del actual programa de las reuniones, hay cosas que se hacen que no son bíblicas, y hay cosas bíblicas que no se hacen. 

Debemos comprender que el libro de los hechos fue escrito principalmente como testimonio del hacer cristiano. Estos hermanos se encontraban en su primer amor, practicando las cosas que Jesús había enseñado, practicando cosas que les edificaban y les hacían crecer, no solo en número, sino en entendimiento. Lo que se narra en hechos, fue un modelo de reuniones que perduró por lo menos 300 años después de que Jesús se fue, un modelo que significó un crecimiento impresionante del evangelio en gran parte del mundo. Lo importante es examinar la forma de hacer las cosas, la forma original de hacer las cosas. Ciertamente las circunstancias eran diferentes a las de hoy, pero la esencia debería de ser la misma, aunque los tiempos cambian, hay cosas que no deberían cambiar. En Hechos se narran los primeros años de vida de la Iglesia de Cristo (y cuando digo Iglesia, me refiero a las personas), y creo yo que también la correcta y sana estructura de la Iglesia y sus reuniones.

Por ejemplo… ¿Ves que se mencione la predicación en la reunión? Nunca se menciona en Hechos ni en todo el Nuevo Testamento. No confundamos predicar con enseñar

Predicar: anunciar, manifestar, mostrar.
Enseñar: instruir, adoctrinar, dirigir.

En la reunión debe haber enseñanza, la enseñanza es dentro y la predicación es afuera 2Corintios 4:5. Jesús envía a sus discípulos a predicar, pero a predicar a las personas que no conocieran de Dios, no a los que ya lo conocen Mateo 4:17. La predicación es revelación de Dios con un propósito, ni siquiera es hacerlo bonito, sino hacerlo bajo la guianza de Dios 1Corintios 2:3-5.

Actualmente, cuando se predica, lo que se hace es compartir con la Iglesia el trato y la ministración que Dios dio al predicador. La iglesia se alimenta de la ministración ajena. Y no es que sea malo, y no es que no edifique a la iglesia, porque al fin de cuentas es Palabra de Dios, que es viva y eficaz. Pero la Iglesia descuida mucho su alimento personal y su ministración personal. La predicación en la reunión se hizo necesaria porque la Iglesia no se alimenta adecuadamente. Imagínate que comes solo una vez a la semana; ciertamente no te vas a morir, pero ¿trabajarás igual que si comieras todos los días?, ¿tendrás la misma energía?, ¿harías las mismas cosas?, ¿te verías igual?... ¿qué tanto tiempo lees tu Biblia?, ¿qué tanto tiempo oras?, ¿qué tanto tiempo pasas con Dios?, ¿diario?, ¿o solo una vez a la semana?

Hay cosas que se practican por necesidad o por obligación, y otras que se dejan de practicar por comodidad. Es más cómodo recibir alimento espiritual los domingos que alimentarse diariamente, es más cómodo portarme bien los domingos que tener buen testimonio el resto de la semana, es más cómodo desbordarme en alabanza solo los domingos que alabar a Dios con mis actos el resto del tiempo. Nos gusta vivir cómodamente. Hay una lista al principio que sacamos de Hechos 2:42-47, ¿qué es lo que no se practica hoy en día? La comunión… y de las 8 cosas que hacía la Iglesia joven en sus reuniones, 5 tienen que ver con la comunión entre ellos. La comunión entre hermanos no es algo fácil, ni es cómodo.

Hay muchísimas citas en la Biblia que nos hablan sobre la comunión, que nos exhortan a la comunión, pero apunto algunas de las más importantes: Hechos 1:13,14; Hechos 2:1,2; Hechos 2:42-47; Hechos 4:32-35; Hechos 12:12; Hechos 20:7,8; 2Corintios 13:11-14; Romanos 12:9-16; Romanos 13:8-10; Filipenses 1:3-5; Filipenses 2:1-4; Hebreos 10:25; 1Corintios 14:26. 

La comunión era algo que distinguía a la Iglesia joven, la hacía diferente a los demás. Actualmente, hay personas que no conocen a todos los miembros de su congregación, de hecho, ni siquiera hablan con otros miembros que no sean los de su grupito, hay personas con las que hablamos en la congregación, pero si los vemos afuera ni siquiera los saludamos, hay personas con las que nos llevamos en la congregación, que ni siquiera sabemos sus nombres completos, y mucho menos sabemos su vida o si tienen problemas o necesidades…y muchas veces, ni nos interesa. Hoy, lo que menos hay en las congregaciones es comunión. Se tienen cosas muy bonitas en las reuniones actualmente: bonita alabanza, bonita iglesia, bonita predicación, bonita doctrina (no muy buena, pero bonita)…pero no hay comunión, ni un mismo sentir, ni un mismo ánimo, ni un mismo corazón, ni interés por las necesidades de otros, ni amor los unos por los otros…

No quiero ni pensar lo que ocurriría con la iglesia actual, si viniera persecución como la hubo en los tiempos de la Iglesia joven. La unión y la comunión los hizo fuertes y les ayudó a mantenerse firmes: oraban unos por otros, intercedían unos por otros, suplían las necesidades de otros, ¡se daban unos por otros! Olvidamos que somos un cuerpo y nos gusta vivir desmembrados, predicamos amor y no mostramos amor, ni siquiera con los de nuestra propia casa…le llaman Iglesia primitiva, pero ellos hacían mejor las cosas que nosotros…los primitivos somos nosotros.

Es increíble que Satanás nos haya llevado a olvidar las cosas que son realmente importantes. La concepción que Jesús tiene de su Iglesia, es la de un cuerpo, unido, interdependiente, que reciente el dolor de un solo miembro y que camina con un mismo objetivo en mente.

“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mateo 18:20

Cuando Jesús dice congregados, no quiere decir amontonados en un mismo lugar, sino juntos, unidos, fusionados en un mismo sentir. Jesús se manifiesta en la unidad, Jesús está en medio de aquellos que están dispuestos a ser uno como Él es uno con Dios; aunque sean sólo dos o tres. Pero la meta es que todos lleguemos al mismo entendimiento, porque cuando estemos realmente unidos, nadie nos va a detener.

Esforcémonos por alcanzar lo que Jesús deseaba que alcanzáramos cuando oraba a Dios por nosotros sus discípulos:

“Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros… Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tu oh Padre en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tu me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mi me has amado” Juan 17:11,20-23

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